Debutó en Primera a los 12 años como arquero de San Isidro y se retiró en 1973, como jugador de campo, en Ministerio. Como entrenador hizo su presentación en 1962 en General Urquiza y dirigió hasta 1993 en Banfield. En 1976 guió a Círculo al título de Primera A y a Banfield al de Primera B, un récord. Deportista ejemplar, nunca fue amonestado ni expulsado como futbolista. Un señor con todas las letras.
Manuel Ramos, ex futbolista y entrenador del medio local, falleció este domingo a los 86 años y dejó detrás suyo un gran recuerdo en todos los frentes.
Nacido en Balcarce el 30 de agosto de 1935, vino con su familia a los ocho años y ya no se fue más de esta ciudad. Aunque su familia se afincó en la zona de Playa Grande y desde pibe fue cadete en el tradicional escenario golfístico de esa zona, el fútbol le tiró más.
Empezó atajando en la canchita que San Isidro tenía en Avellaneda y Paunero y, estando en tercera división, debutó en primera en una de las fechas finales del torneo de 1947 porque no fue Cavalet, el arquero titular. Tenía nada más que doce años.
Al año siguiente pasó a General Urquiza para seguir en tercera división, pero ya lo hizo como zaguero o centro medio, los puestos en los que habitualmente se desempeñó en una larguísima carrera que finalizó en 1973 jugando para el desaparecido Ministerio de Obras Públicas.
Jugando para Aldosivi fue convocado para la primera Selección juvenil de Mar del Plata junto a, entre otros, Salvador Tatore Vuoso. En 1955, cuando cumplía con la conscripción en la Base Naval, el barco “Ingeniero Gada” que tripulaba se trasladó a Buenos Aires y estuvo allí varios meses en reparación, lo que le permitió incursionar en la tercera de River de AFA. Pero su mejor recuerdo como futbolista fue haber integrado un gran equipo de General Urquiza en 1961 que peleó -y perdió en la fecha final- mano a mano el título con Independiente.
Ramos, que a lo largo de su carrera como futbolista no fue amonestado ni expulsado, fue distinguido varias veces por su caballerosidad adentro de las canchas. Afuera de ella, también se mostraba invariablemente correcto.
Su carrera como entrenador comenzó mientras finalizaba la de futbolista. Eran otros tiempos, había menos presiones y la vida era más sencilla. Ramos, en 1975, dirigió tres equipos a la vez: a Ministerio en la segunda de ascenso, a General Urquiza en Primera B y a Círculo Deportivo en la máxima categoría. Y al año siguiente logró en primera división una marca difícil de “empardar”: ganó el título y la clasificación al Nacional con Círculo Deportivo y, al mismo tiempo, guió a Banfield al ascenso a la máxima categoría.
Dirigió a los cuatro equipos portuenses (Ministerio, Banfield, Talleres y Aldosivi, a quien guió al ascenso en 1983).
Los restos de Ramos serán velados este martes 1 de marzo en Cochería Piovano (Tres de Febrero 3636) y serán trasladados a las 11.30 al cementerio Colinas de Paz.